- Porfavor, no pares Gaby! - Le gritaba yo, completamente llena de placer, mientras a 4 patas aguantaba sus grandes embestidas, a la par que mis grandes tetas chocaban entre sí.
- Ya casi me voy a venir Juanita! - Dijo ella, mientras trás de mi daba todo de si para hacerme sentir en el paraiso, sujetando mis caderas con fuerza, mientras mi cuerpo temblaba tanto de la emoción como la excitación del momento.
¿Cómo llegué hasta aquí? Me preguntaba, y durante aquellos segundos antes del climax, mi mente por un breve instante recordó todo el largo camino que había recorrido y el cómo había llegado hasta este punto, hasta el ser la mujer trans más feliz de este mundo...
Durante gran parte de mi adolescencia y niñez sentía algo raro, algo que no cuadraba en mi. Era un chico para todos a mi alrededor, me llamaba Juan, nacido en Venezuela, pero aunque crecí de esa manera, había algo que no encajaba en mi, algo que me hacia sentir inconforme.
No me sentía comoda con tener que vestir de forma "masculina", y aunque si me atraian las chichas, reconozco que una parte de mi también quería estar con un chico.
En los últimos años de mi infancia, cuando tenia 12 años, recuerdo que mientras miraba paginas porno, vi una chica muy diferente, totalmente alucinante y fuera de lo común para mi yo de ese entonces: Era una chica con pene.
No lo podía creer, no sabía si en la vida real había mujeres que nacian con pene y testiculos, o al menos así lo pensaba mi yo de pequeño, y en realidad no sabía que se debía hacer una transición para llegar a ese punto, aunque desde el punto de vista de un infante y sin malicia de por medio: Son mujeres, simple y llanamente.
Desde entonces me enamoré completamente de ese tipo de chicas, y aunque a ojos de todos seguia siendo un chico hetero, no solo ya no era hetero, sino que en el fondo ni siquiera era un chico, y aquello que vi no era sino un reflejo de mi misma, por lo que con el pasar de los años, acepté mi propia identidad como lo que era: Una Chica Trans.
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